martes, 16 de junio de 2015

Historia de desamor



Mal de amores




Se le notaba cansada, llevaba varios días en vela, sus ojeras la delataban obviamente. Al lado de su cama, una lámpara rota, y una caja negra, conteniendo un periódico viejo, con sus hojas amarillas. Llovía incesantemente.



Podía notarse su preocupación por la filtración de agua entre sus paredes, esa que dominaba el ambiente. Era la tarde de un domingo frío y solitario. Maltratada, solitaria y melancólica, con sus sueños arrastrados por aquel hombre infiel, que se llevó su felicidad.



En una silla reclinable se encontraba una chaqueta de él, dejada allí hace tiempo ya, sucia y con mal olor; la apretaba entre su pecho, recordándolo, ansiando su regreso. — ¿Por qué no puedo recuperarme? Se preguntaba a cada momento.



Creía que su vida era miserable ya, cuando recurrió al periódico y vio su portada: “Importante empresario contrae matrimonio con su pareja”.

— ¡Yo debí estar con él en esta portada! Se repetía una y otra vez.

Lloraba, lloraba mucho como la lluvia de ese domingo frío y solitario, tan solitario como su alma.



Su cabello no brillaba como antes, era delgada con su piel pálida. En un intento desesperado por acabar con su vida, un pequeño objeto metálico retumbó en su cerebro. Los vecinos enloquecieron y llamaron a la morgue en cuanto supieron.



Forzaron la puerta para abrirla, y vieron una chica muerta, debilucha y pálida, colorada con su propia sangre, y un periódico en su pecho.



La autopsia indico mal de amores y exceso de recuerdos…

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